“¿Y tú consideras que eso es creativo? Hmmmm…” /con un tono de extrema condescendencia.
Debe ser la frase más intencionalmente hiriente que un profesor (profesora, en este caso) me haya dicho alguna vez. Para una tarea de fotografía durante mi época universitaria, estaba en un área de pasto cerca de mi facultad, tratando de sacarle una foto a unos audífonos de iPod entre las hojas verdes cuando pasó una profesora que primero empezó a conversar trivialidades y después me preguntó qué estaba haciendo. Cuando le dije que era para una tarea de “fotografía creativa”, me preguntó eso e inmediatamente se fue, para dejar la pregunta en el aire. Mi reacción en el momento y hasta ahora es más de incredulidad que de otra cosa, en un tono de “¿realmente me preguntó eso?”
Sin querer ser un “social justice warrior” o un “snowflake” (“justiciero social” y “copito de nieve”, ambos términos usados últimamente de manera peyorativa para referirse a las personas que se ofenden de manera muy fácil ante lo que perciben como una injusticia social), mi incredulidad no va por un tema de haberme ofendido, va por otro lado: por el lado de roles, de formación docente, de espíritu académico. Han pasado los años y puedo escribir aún con más conocimiento de causa, habiendo estado al otro lado de una relación así y haber sido profesor universitario y aún más, siendo padre y contribuir a la formación de 2 seres humanos desde el comienzo.
¿Qué consigue un/a profesor/a haciendo sentir mal intencionalmente a un alumno/a que está volcado al proceso del aprendizaje? No pretendo especular sobre si hubo una intención consciente o si simplemente fue algo espontáneo e inocente de parte de la profe, pero siento que es deber de toda persona en un rol de formador (padre, docente, maestro, consejero, líder de secta…) guiar y orientar el proceso de formación especialmente en las etapas tempranas. Lo único que se logra con una actitud burlona es ralentizar o incluso frenar un brote incipiente de conocimiento, experiencia o aprendizaje. Si es por apuntarlo en otra dirección hay mejores métodos, y si es por impedirlo totalmente, ¿qué haces educando?
La creatividad es incluso un caso especial dentro de las áreas académicas. Como decía mi maestro de canto, el fallecido Carlos Beltrami: “el canto es una de las cosas más difíciles de enseñar gordo, porque tenés que enseñarle al alumno dónde llegar, pero sos vos el que se conoce y conoce su cuerpo y sabe cómo llegar allá.” Eso se aplica en mayor o menor medida a todo el ámbito creativo: cuando estuve estudiando ingeniería, a las integrales no hay mucha vuelta que darles, son como son. Pero en el mundo creativo el sujeto de estudio cambia de acuerdo a la persona del estudiante; no hay dos humanos que vean algo de la misma forma exacta. Por eso, cierta flexibilidad y libertad es esencial para la creatividad y dando un paso más, estimular la experimentación es crucial para poder hacer avanzar las artes desde el nivel personal hasta el nivel más amplio posible. El arte es un viaje y como tal lo que sirve es un guía, un compañero o un facilitador, todo cosa menos alguien que se vuelva un impedimento; como cualquier viaje va a haber suficientes obstáculos de por sí como para estar incluyendo un operario de aerolínea incompetente, de manera figurada.
Picasso no llegó a ser “PICASSO” hasta no recorrer su propio viaje. Después de haber superado el obstáculo de ser competente técnicamente en tu arte, no hay beneficios en los que se vuelven obstáculo (pero antes de eso sí, con un buen método. Tus círculos no pueden ser octágonos para siempre.)

from: thehelpfulartteacher.blogspot.com
Por otra parte, mi foto era mala, ese no es el punto. No la encontré pero encontré esta de esa época y de los mismos audífonos; con mis ojos de hoy la veo horrible.
Pero no me quedé ahí.
Nunca te quedes ahí, siempre avanza.
Cada día vas a ser un poco mejor que el día anterior.
Take care.