“Foto-milagro navideño”

Para mí existen solamente 2 películas navideñas trascendentales: Mi Pobre Angelito y Duro de Matar.

Pero, mirándolo desde las puertas de la treintena, me doy cuenta que crecimos con películas navideñas bastante raras. Un Santa Claus que el año anterior había fundado un parque de dinosaurios, los “quién”, familias disfuncionales (aunque bien graciosas en realidad)…
La primera de esas se llama “Milagro En La Calle 34”, y no “El negocio de los dinosaurios no resultó así que ahora trabajo de viejo pascuero”, como uno podría imaginar. Pero es un milagro de ficción, y da alegría cuando uno se topa con uno de verdad.

Hace 3 años, el fotógrafo holandés Robin Utrecht estaba en Lima, Perú, sacando fotos por encargo de World Portraits. De pronto, vio a una mujer vendiendo pasteles de choclo en el centro de la ciudad con su pequeño hijo en la espalda, en una típica manta multicolor peruana, que llamó su atención. Le sacó una foto y cuando le pidió permiso para usarla (incluyendo su firma), le prometió un 20% de las ganancias si es que lograba venderla. Lo que podría terminar como tantas historias de abuso de los ricos sobre los pobres, en este caso se convierte en una historia llena de esperanza por la humanidad. Robin vendió la foto, y quiso cumplir su palabra. Pero no iba a ser tan fácil. Habían pasado 3 años, y lo único que tenía de la mujer era su nombre, ya que su dirección ya no era la actual: Mariela Valera Huanca. Él estaba en Holanda y ella, en alguna parte desconocida de Perú. Conozco gente que no es capaz de encontrar a sus parientes, en la misma ciudad ni con celular.A través la embajada holandesa en Perú y de la red internacional de Publimetro, se pudo ir encontrando datos. Se supo que vivía en el distrito de San Luis de Lurigancho, en una zona llamada Nogales, uno de los lugares más pobres de Lima, con su familia. Finalmente, con la dirección de su hermano Gilmer, dos periodistas de Publimetro Perú lograron llegar a la zona después de una hora y media desde el centro de Lima y comenzaron a preguntar. En un almacén le preguntaron al dueño si conocía a Gilmer, y una señora que estaba comprando escuchó y les dijo que era la tía de Gilmer y que vivía con él. Los periodistas le explicaron la historia y ella reconoció a su nieto Roy en la foto. En medio de la nada y donde sólo se podía llegar a pie, de una pobre casa salió Mariela con su hijo Roy. No lo podía creer cuando los periodistas le explicaron la situación y le contaron que le correspondía aprox. 1 millón de pesos chilenos ($2000 USD).  Ella les contó que hace poco había perdido su trabajo porque ahora estaba prohibido vender en el centro de Lima, y les dijo:

“¡Este dinero es como un regalo de Dios!”

(Foto: Robin Utrecht- World Portraits)

Take care.

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